Vencidos por el tiempo

En un segundo relato todos y cada uno de mis diminutos fragmentos temporales...


Valentía suicida

¿Dónde está el límite hasta que me eches a la calle?. Así, con esas palabras, acabé una conversación en la que nunca pensé que me vería inmerso. Tanta explotación tensión laboral tenía que estallar por alguna parte. No me callé, no me vine a abajo y tiré pa'lante con dos cojones. Mi jefe, con el que discutí, se sorprendió de mi reacción, pero no más que yo. Y es que uno tiene un límite y aquel día decidí que ya lo había más que superado. Me enfrenté, salvé mi culo, y el de mi compañera, le dije lo que pensaba y todavía tiemblo me salió bien, o al menos mejor de lo que esperaba.

Al final llegamos a un acuerdo, como sé suele decir, "ni pa' tí, ni pa' mí". Él se cree mejor jefe, aunque no lo sea realmente, y yo siento que, en parte, se valora lo que hago y, por supuesto, se me recompensa económicamente. Y, parece ser, que después de aquel, digamos, encontronazo, me tiene muy en cuenta y me consulta decisiones que nos son propias de un redactor/coordinador. No sé que será lo próximo, pero espero que sea bueno.

Y, sin moverme del sitio, en cuestión de días dos compañeros de trabajo nos abandonan, para mejor, claro. Me entristece muy mucho su marcha. Aunque me alegro por ambos, echaré de menos los grandes momentos que hemos protagonizado, sobre todo, con B. Notaré la ausencia de mi principal apoyo en Diario N. Pero te llamaré, que lo sepas.

Nota mental: El futuro que vendrá dicen que pende de un hilo.

Viaggio III: Isola di Capri







Nota mental: No soy el mismo desde aquellos vientos helados...

Viaggio II: Napoli




Nota mental: Ahora no es el mejor momento, pero entonces sí que lo fue...




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