Vencidos por el tiempo

En un segundo relato todos y cada uno de mis diminutos fragmentos temporales...


La entrevista ¿imparcial?

De todos es sabido que todo medio de comunicación que se precie, aunque intente negarlo o disimularlo, tiende a posicionarse a un lado u otro de la política. Pues bien, el mío, donde yo trabajo, no es que se decante, no, es que no hay quien lo mueva de la derecha del padre que le da de comer.

En la Facultad de Comunicación en la que me licencié, determinadas mentiras palabras resonaban por las aulas y los pasillos constantemente. Imparcialidad, objetividad, ética, código deontológico, veracidad, claridad, concisión... Pero como todo grito lanzado al aire, su eco se va disipando en el tiempo y la distancia, hasta que deja de oírse, sentirse o palparse a través de los sentidos. Recuerdo que en las clases, en todo momento, se hablaba de la corrupción mediática, pero se hacía a un nivel, digamos, considerablemente alto, refiriéndose a las grandes empresas informativas. Lo que nunca imaginé es que semejante panorama, desalentador, por cierto, pudiese darse a un nivel más reducido y local, como en el que me encuentro.

Esta semana Diario N. se ha visto acorralado por una serie de acontecimientos que ponían en duda la actitud de algunos responsables políticos, los mismos que, como dije antes, le dan de comer. Casualidades de la vida, como de la nada, surge alguien que maneja unos datos que pueden aclarar la situación y salvar a “Papá”. La solución por la que se opta es concertar una entrevista con este personaje para convertirla en la principal información. Y allá que voy yo y la consigo. Las preguntas fueron directas y, creo, neutrales, porque se limitaban a conocer esos datos. Las respuestas, imagino que veraces, porque el susodicho dijo lo que sabía, aunque en ocasiones se resistió a las cuestiones y, me da, se mordió, bastante, la lengua. El tratamiento, mío, de la información, puedo decir que fue objetivo, pero reconozco que un poco tendencioso.

Y es que así ando, intentando repetirme aquellas premisas universitarias para no terminar formando parte de este puzzle de intereses. Pero es difícil, y sé que, al final, acabaré siendo una de esas piezas que encajan unas con otras hasta formar una realidad. Su realidad particular. De todos modos, que conste que la entrevista que hice fue imparcial, al menos fue mi pretensión, y no me hago responsable de las intenciones de Diario N., que seguro no aparecen reflejadas en ningún código ético-deontológico.

Nota mental: Aspirar a más, a otros niveles superiores

Soy pirata de boquita


“¿Por qué? No es justo ¿Por qué a mi?”. Por dos veces pronuncié estas palabras a lo largo y ancho de la película que fui a ver el viernes por la noche. ‘Piratas del Caribe. El cofre del hombre muerto’, prometía muy mucho, teniendo en cuenta esa primera parte tan espectacular, para mi gusto, en cuanto a este tipo de films se refiere. Pero se quedó en eso, en una promesa.

La primera vez que vocalicé la expresión del inicio del post fue cuando, estando yo inmerso en, más o menos, los primeros pasos cinematográficos, voy y me pego un susto de cojones enorme y lanzo, literalmente, mis palomitas al aire. Y, sí, me jodió fastidió bastante. Primero, porque las palomitas todavía estaban a la mitad y la película ni siquiera había llegado a su ecuador. Y segundo, porque no tenía que haberme asustao, fue un momento estúpido que ni siquiera da miedo, pero para el que, por lo visto, yo no estaba preparado.

Y la segunda vez que lo dije fue al final de la película. Lo siento, pero no me gustó. Es que vamos, blanco y en botella, ¿qué es? eh? qué? Normalmente, o por lo menos eso creo yo, la mayoría deja entrever una posibilidad remota de una nueva parte. Pero es que a este director, con nombre de género cinematográfico lascivo, le ha faltao decir “nos vemos en la siguiente entrega". De todos modos, me parece, digamos, lógico que se haga una trilogía, simplemente, por el tirón taquillero que tiene un Johnny Deep más increíble que nunca y convertido en el salvador de la película.

En el fondo, la película me gustó, me reí y me asusté disfruté, aunque las palomitas no me llegaran a los créditos. Quizás, había algunas imágenes bastante desagradables que pusieron a prueba mi estómago, pero bueno son parte de la historia de unos piratas nada higiénicos. Aunque eso sí, me quedo con ‘La Perla Negra’, y, probablemente, con la que venga, que espero prometa más de verdad y menos de boquita.

Nota mental: Ya nunca podré ser un pirata

Reflexionando

- Me apetece un día de invierno
- El 17 es un número importante
- No tenía que haberte dejao bajar del coche
- Quiero montar a caballo
- La última luna llena estaba preciosa
- Necesito un trozo de chocolate
- No tenía que haberme ido
- Hace tiempo que no recuerdo lo que sueño
- Esa canción siempre me pone los pelos de punta
- Mañana tengo que madrugar, otra vez
- Tengo ganas de ver una buena película
- Pasaré el verano sin ir de concierto
- Nunca el tiempo es perdido, grande, García, muy grande
- Últimamente, mi móvil no suena tanto como antes
- Ansío un día completo a solas contigo
- Me gustaría callar tantas bocas
- Tengo un nudo en la garganta que no se me quita
- Aún me queda mucho por hacer
- Quiero dormir antes de que anochezca
- La rosa está seca, pero sigue intacta
- Debo pensar un poco más en mi

Nota mental: Reflexionar con más frecuencia

Des-Connecting People

No, no se trata de un anuncio de móviles ni nada por el estilo. Os hablo de mi recién pasado fin de semana durante el que me he mantenido alejado de todo contacto posible con mi querida amiga la rutina. Tres días, bueno dos y medio, en un agotador, pero divertido, camping. Nada de trabajo, nada de móvil, nada de internet, nada de televisión, nada de mi ciudad... Así, he estado sumido en lo más profundo de mi mundo particular.

ElSitio. Esta vez decidimos cambiar de camping, y resultó ser menos "lujoso", y más barato, que al que estábamos acostumbrados, pero a mi me gustó más. Quizás porque cuando llegué la primera impresión que me llevé fue bastante buena al ver que estábamos rodeados de otras gentes. Cada uno en su sitio pero sin paredes que nos separasen. Fue como estar todos con todos, pero cada uno en su intimidad, no sé si me explico. En plan comuna "hippie". Y así me sentí yo durante todo el fin de semana, como un "hippie". Aunque sin serlo del todo porque me puede mi otra parte más "pija". De hecho, A. me definió como "hippijo", y, oye, me gusta.

LaPiscina. Me tiré sin pensarlo y me relajó. Unos largos, porque hacía tiempo que no nadaba así. Nunca debí dejarlo, con lo que me gustaba. Pero ya se sabe, el pasotismo de la adolescencia me obligó a hacerlo. Después a la tumbona a tomar el sol, con sueñecito incluido. Desconectado del todo.

ElSábadoNoche. Arregladitos todos monísimos de la muerte, abandonamos el camping para ir de fiesta. Botellón en un descampado enorme, lleno de gente bebiéndose hasta el agua de los floreros y fumándose hasta la última hoja seca del suelo. Acabamos en una macro-discoteca al aire libre. Al final, tanto alcohol me sentó un poco mal y no terminé muy bien, pero, tranquilos, quedé bastante lejos del coma etílico. Normalmente, no acabo así, y es raro porque no cené mal y tampoco bebí tanto, no sé...

LasCariocas. Son esas bolas con lazos que van atadas a una cuerda cada una y sirven para hacer... cosas. Como no, se las ví por primera vez a un "hippie" y quería tener unas. L. me las regaló, y me las llevé al camping sin saber nada del ambiente que os he descrito antes. Y, más contento que unas castañuelas, me pasé el fin de semana intentando bailar las Cariocas. No es fácil, al menos para mi, y pueden hacer mucho daño, y si no que se lo pregunten a la parte más íntima de mi cuerpo, concretamente al derecho. ¿Cómo puede doler tanto? Tal y como me di, caí desplomado al suelo, pero consciente. Diez minutos de reloj fueron necesarios para recuperarme. Después seguí con las Cariocas, pero con un poco más de cuidado.

LosHippiesDeAlLado. Estaba yo con las bolas (antes de saber como se llamaban) cuando uno de los hippies chicos se acercó y me dijo. ¿Me dejas las Cariocas? ¿Que te deje qué? Las bolas. Ahhh, que se llaman así. Si. Claro que te las dejo. Y como si nada, se pone a hacer mil y una cosas. Yo con la boca abierta y pensando que después de semejante demostración yo iba a hacer el rídiculo. Terminó. Gracias, no sé mucho, pero es que me apetecía cogerlas. ¿Que no sabes? ¿Entonces yo qué?. A los pocos minutos, llegó una de las hippies chicas y yo seguía con las bolas. Perdona me dejas... Le corto y se lo digo yo. Las Cariocas, ¿verdad? Si no te importa, es que te he visto y tengo el mono de bailarlas. No para nada, toma. Igual, o mejor, y, a la vez que las bailaba, moviendo el cuerpo como si de la danza del vientre se tratase. Y yo más atento y enamoradizo que nunca. Al día siguiente, la hippie chica me las volvió a pedir. Cuando te canses me las dejas, ¿vale? Ya estoy cansado. No, sigue, luego me las dejas. No, no de verdad, toma, así te miro y aprendo. Bueno vale. Al final, mejoré muchísimo, ya las tengo más o menos dominadas, aunque todavía me queda bastante para hacerlo como ellos dos.

Nota mental: Ambas partes, la "hippie" y la "pija", siempre estarán luchando por permanecer.

No rompas la cadena

Continuando con una especie de cadena que circula últimamente por la bloggosfera, aquí van mis respuestas a las cuestiones mas famosas de este mundillo. Se rumorea por ahí que las malas lenguas dicen que si rompes la cadena y no contestas a las preguntas tu blog se desintegrará en la red y nunca nadie volverá a comentarte, y mucho menos participarás en quedadas multitudinarias, o reducidas, de bloggeros. Yo por si las moscas, contesto, y, como dice Reich, ¡¡a mojarse!!

- ¿Cuánto tiempo llevas bloggueando?
Pues, desde febrero van cinco meses pero si descontamos el mes de marzo durante el que no escribí nada por diversos motivos, hacen un total de cuatro meses en la bloggosfera.

- ¿Cómo te enteraste de la existencia de los blogs y empezaste a bloguear?
Los blogs los descubrí a través de una asignatura de la facultad en la que tuvimos que crearnos uno, pero se quedó en eso, en una mera tarea académica. Acabada la asignatura, fin del blog. Más tarde, en Roma, Saray pensó que podíamos crear un blog para contar nuestras aventuras en la ciudad eterna. Al principio me comporté algo reacio, pero poco a poco le fui cogiendo el gustillo y, ahora, ella me dice siempre que ha "creado un monstruo", jeje!!

- Dime cinco blogs que sigas a diario o con mucha frecuencia.
En teoría debería nombrar aquí el de Saray, pero como no se puede decir que escriba a diario, ni con frecuencia, queda descartado, aunque yo lo visite diariamente es que si no se me enfada. Entonces diré otros cinco, pero os visito a todos cada vez que puedo, eh? Ahí van esos nombres: Peasho, Laurita, Akroon, Reich y Cenicienta.

- ¿Eres lector anónimo de algún blog?
Pues no, pero me lo estoy planteando, porque por lo visto da mucho juego.

- ¿Algunos autores que te despierten especial simpatía?
Si la pregunta se refiere a los blogs con los que he acabado arrastrándome por el suelo de la risa tengo que volver a nombrar a Peasho. Con Akroon he llorado de tanto reirme. Arale tiene ese puntillo irónico que tanto me gusta y que tanto utilizo en la vida real. Y con Laurita es que me parto directamente. Con Perro Flaco me reí mucho, pero ha desaparecido.

- ¿Qué blogs consideras de mayor calidad?
Creo que a su manera y en función del enfoque del blog, todos son de calidad. Pero si hablamos de blogs más profundos y filosófico-pensantes, aquí coloco a Valentina, Jose, Istharb y Tonificante

- ¿
Con qué cinco blogueros te irías de borrachera?
Con todos los que se quisieran apuntar.

- ¿Con qué tres blogueros pasarías una noche de locura sexual?
¿Vale repetir respuesta? Es que es la misma que para la pregunta anterior.

- ¿Te has enamorado alguna vez de un blogguero?
Este... dejar que piense... mmm... no.

- Y, ¿has conocido a alguno más allá del teclado?
No, pero me encantaría, como han hecho recientemente algunos, ejem!!

- ¿Estás satisfecho con tu blog?
La verdad es que sí. Aunque se me ha desviado un poco de la idea inicial, pero me gusta el rumbo que ha tomado.

- Y, por último, elige entre 3 y 5 blogueros para que contesten a estas preguntas en sus blogs.
Veamos, no os escondáis, a ver tú, la del fondo, Saray, toca a te. ¿Quién más? Ah, sí, la que está sumergida en un sueño profundo, Istharb. ¿Algún voluntario? ¿No? Entonces tú, Laurita, deja de comer chocolate que se contesta en dos segundos. Cenicienta, hazlo antes de que den las doce. Y Akroon, retrasa el post sobre el CSI y responde a esto antes, anda!!

Nota mental: ¿Crees, realmente, que se habrán creído lo de la cadena?

Desconocidos, o no

Como suele ocurrirme con la mayoría de las películas que ansío ver, pueden pasar meses, y años, hasta que lo consigo. Y esto mismo me sucedió con Closer. Un film que vio la luz en enero de 2005 y que, mucho tiempo después, ha llegado a mis retinas. Me gustó. A los que la vieron conmigo no les pareció buena. Parece ser que tengo un criterio cinematográfico muy distinto, y puede que parte de la culpa, si no toda, la tenga Saray, por esa manía, gracias, de obligarme sugerirme títulos, digamos, alternativos. De todos modos, por mucho que lo intentes nunca llegaré a interesarme por el cine oriental, y no me digas que no sabes por qué te lo digo, que luego dices que cuándo voy a dejar de recordártelo (véase, otra vez, El olor a la papaya verde).

A lo que iba, que me pierdo. El caso es que la película me pareció interesante. Desconocidos que se cruzan por alguna casualidad, o causalidad, y sin avisar sienten que no lo son tanto. Una vez me pasó. No, no fue contigo. Fue con alguien mucho mejor que tú, dónde va a parar. Una tarde juntos, sólo una, unas horas. Algunos silencios, demasiados quizás, por mi culpa, pero ya sabes por qué. Te lo dije, ganas siempre. Creías que me iba y esperabas para despedirte, pero no quise irme, tú tampoco me dejaste, creo. Me sentía genial, me hiciste sentir bien. Tanto que me hubiese encantado frenar el tiempo, como en aquella serie de televisión en la que, simplemente, juntando la punta de los dedos índices todo quedaba parado. Deseaba una cosa, pero no me la dabas por mí, decías. Yo pensaba que era por ti. Al final, por ninguno de los dos. Nos lo dimos. Ahí fue cuando comprobé que mis dedos no son mágicos. De pronto me tuve que ir, qué rabia!! No tenía que haberlo hecho, no era lo que me apetecía. Quería quedarme allí contigo, ya ves. Pero lo hice, me fui. No preguntes por qué, no lo sé ni yo. Me arrepentía conforme iba regresando a mi destino. Aunque, es curioso, una parte de mi pensaba que en realidad me estaba alejando. Al día siguiente, te llamé, había decidido que quería verte de nuevo, pero tenía que ser tarde. Por ti no había problema. Me moría de ganas por verte, aún lo hago. No fui, no preguntes por qué, no lo sé. Bueno, sí lo sé, te lo dije, creo. No quería engancharme a ti. Demasiado tarde. Perdí la oportunidad de mirarte otra vez, de rozarte. Llamame idiota si quieres, no sé si te pareceré ridículo, pero necesitaba decírtelo. Ya, ya lo sé, puede que no lo leas, un defectillo tuyo.

Nota mental: Y si ya supiera por qué te aguanto...




XML

Powered by Blogger

make money online blogger templates



© 2006 Vencidos por el tiempo | Blogger Templates by GeckoandFly.
No part of the content or the blog may be reproduced without prior written permission.
Learn how to make money online | First Aid and Health Information at Medical Health